domingo, 18 de mayo de 2014

Ayuno de Jesús

Sólo para los que realmente aceptan el desafío de sacrificar todo para estar conectado con Dios, serán 40 días de ayuno y oración.

sábado, 17 de mayo de 2014

"El Vegetal" - La historia de Cristian Mariano Deppeler (+lista de repro...

Personitas con poca visión

¿Cómo es una persona con poca visión? Es alguien que no se abre hacia lo nuevo, que vive preso en su obstinación, que tiene la mente cerrada; que no recibe nuevas ideas, las nuevas opiniones; que tiene una visión muy restricta sobre algún tema; una persona cuyo hábitos o ideas son fijos y difíciles de cambiar; que insiste en hacer algo de algún modo por puro hábito, no considerando las alternativas por más practicas que sean; que tiene estrechez mental.
De vez en cuando va a encontrar a alguien así, no deje que lo saque de quicio. Nunca subestime la observación de una persona de poca visión. No pierdas tiempo hablando con un necio (Pro. 23:9)
www.renatocardoso.com

Límites

El límite es como una linea invisible, y porque no vemos lo invisible, fácilmente lo ultra pasamos.
Entonces cometemos muchos errores: Nos exponemos, sufrimos las consecuencias y podemos ganar una fama de la que nos resultará difícil librarnos.
¿Cómo voy a saber cuál es el límite si él es invisible? El único consejo que te puede dar es que estés siempre atenta.
En el noviazgo entonces..es Importantisimo!!! Mantente atenta a los límites de libertad que le das a tu novio.
Los deseos son muy fuertes y por eso, no se puede jugar con los límites.
Con tu familia, coloca los límites del respecto. Con tus amigos, utiliza el sentido común. En tu vida espiritual, no midas esfuerzos y busca saber qué es lo que Dios espera de ti. Tus limites no son tan difíciles de ver, pero lo que nos estorban son nuestras voluntades que intentan cegarnos a toda costa. Sin embargo, estés dónde estés, hagas los que hagas, nunca pierdas la noción de los límites, Si eso sucede, tú tendrás muchos problemas y ellos serán bien visibles.
Eva sabía cuáles eran sus límites, pero, en su curiosidad, aquel deseo de querer probar lo prohibido...Observa en lo que terminó.
¿Te has sentido tentada a probar lo prohibido? Entonces, ¡huye de este deseo con todas tus fuerzas! Si no vas a sufrir MUCHO después de que la curiosidad se vaya.
www.cristianecardoso.com 

viernes, 16 de mayo de 2014

Querido Pastor do Brasil / Parte 2

Bueno, como te decía en la primera carta a principios de mi conversión yo iba sólo los viernes, y siempre que llegaba a la Universal allí estabas a la puerta de la iglesia .
A veces te observaba, pero no quería que lo notaras ..
En cada reunión me gustaría destacar, que siempre venías a mí y colocabas tu mano sobre mi cabeza para orar por mi vida sentimental.
Pasaron dos meses, y el 18 de abril de 2008, un viernes, fui a la iglesia y allí estabas en la puerta, como siempre!
Pasé a tu lado, y en un impulso me volteé para mirarte, pensando que no te darías cuenta, pero para mi sorpresa, me viste!

Wow ! que incómodo.. En ese momento me morí de vergüenza, y me pregunté lo pensarías de mí, y que incluso podría pensar que yo estaba sobre ti! Me sentí tan avergonzada!
En el transcurso de la reunión que te vi mirarme, pero yo traté de concentrarme en la predicación..
Cerca del final de la reunión, el pastor nos llamó hacia adelante para obtener la rosa, y allí estaban con rosas en la mano..
No podías apartar los ojos de mí, y yo no sabía si era real o si todo estaba en mi cabeza, entonces espese a mirar hacia el suelo.

Cuando terminó la reunión, me fui directo a casa, pero mientras caminaba hacia la salida oí que alguien gritaba: "¡Señora, señora!"
Pensé que no era a mi, entonces seguí caminando sin mirar atrás..
Pero la persona insistió: "¡Señora, señora"
Así que pensé que podría estar llamándome, y yo miré hacia atrás y vi , para mi sorpresa me estabas llamando.
Mi corazón empezó a latir más rápido y yo tenía miedo de que me retase, por haberte mirado cuando entré.
Sigo contando en la próxima carta.
Atentamente Ruth

La Influencia de la Mujer

Según el diccionario, influencia significa: capacidad que tiene una persona para determinar o alterar la forma de pensar de otra u otras.

Todas nosotras sabemos cuánto influenciamos, pero la pregunta es: ¿Hemos influenciado para bien o para mal?

Jezabel influenció para mal, y Ester impidió que el pueblo de Israel dejase de existir…
Entonces usted dice, “¡Nunca tendría la intención de influenciar para mal!”

Detengámonos a analizar… ¿qué frutos han tenido mis influencias?
Influenciar no es imponer nuestra voluntad, o verla cumpliéndose, ¡¡¡es exhalar ejemplo!!!

¡Tenemos que ver nuestra influencia formando a otras en el amor y en el temor a Jesús!

Nuestros ejemplos hablan y hablan alto…todo lo que invertimos en nosotras mismas también habla…crecer como persona, crecer espiritualmente…crecer y entender que somos la propia obra de Dios, que todo lo que Él creó e hizo…fue para ganarnos a cada una de nosotras. Es ansiar exhalar todo lo que buscamos mejorar para nosotras mismas, ¡ y ver a otras practicándolo!

Todo nuestro crecimiento y nuestra inversión interna, ¡va a resultar en cómo influenciaremos!
El obedecer sin cuestionar, el obedecer sin sentimientos, transmite temor a los demás. Nuestras influencias comienzan dentro de casa.

¡Querer ser la bendición para después querer bendecir!
Usted, yo, ¿nos hemos cuidado por dentro, hemos invertido en crecer, para así influenciar a los demás?

Pregúntese: ¿He impuesto mi voluntad o he influenciado toda buena obra que Dios ha conseguido hacer en mí?

Sabiamente Dios nos concede este equilibrio, siendo dulce y femenina, dominando los sentimientos, pensando en las consecuencias, vamos a influenciar como Jesús lo hizo…
Lucelaine Araujo

jueves, 20 de marzo de 2014

¿Cuál es su valor?

Un joven se acercó a un maestro en busca de un poco de sosiego:
-Maestro, - le dijo al viejo- me siento inseguro, nada me resulta como yo quiero. Todos me dicen que soy un tonto y que no siervo para nada. Sólo me critican, sin valorar lo que hago.
¿Me podrías ayudar?
-Ahora no me es posible muchacho -respondió el anciano-. Tengo mis propios problemas. Más bien ayúdame tú a mí a vender este anillo.
 El muchacho recibió la sortija de mala gana pensando que una vez más sus necesidades pasarían a un segundo plano.
-Escucha,-dijo de nuevo el anciano- ve al mercado y ofrécelo, pero de ninguna manera lo vendas por menos de una moneda de oro.
El joven ofreció el anillo a muchas personas.
La mayoría lo desdeñaba con desprecio, unos pocos se reían y escasamente alguno llegaba a mostrar interés.
Alguien le propuso venderlo por dos monedas de plata y un candelabro de bronce, lo cual representaba menos de la mitad de lo que el maestro quería.
El muchacho llegó a la conclusión que el viejo estaba loco, y que esa gran suma que pedía únicamente podría ser un alto valor emocional.

Dejando de lado esos razonamientos, el joven persistió haciendo lo mejor para ayudar al anciano, no obstante la tarea parecía cada vez más difícil.

Desanimado, decidió regresar y contarle al viejo lo acontecido:

-Hice lo posible, pero aun los que parecían ser los más expertos no ofrecían una cantidad ni siquiera cercana a la que tú pides -contó el joven.

-Tal vez tienes razón, Quizás no conozco su verdadero valor -replicó el maestro-. ¿Por qué no lo llevas al joyero y se lo muestras? No lo vendas por ninguna cantidad, sólo cuéntame lo que opina.

Renegando por la terquedad del anciano, el joven llevó el anillo al joyero.

Después de observarla detenidamente un rato, éste le dijo:
-Ésta es una verdadera joya. Dile al maestro que le doy 58 monedas de oro, en realidad puede costar hasta setenta, pero, si tiene prisa, ésa es mi oferta.

Cuando el muchacho, entusiasmado, le contó al viejo, éste tranquilamente respondió:

-Tú eres como una joya valiosa: Si te sientes mal no es porque los demás no te valoren, sino porque tú mismo no te valoras lo suficiente.