viernes, 16 de mayo de 2014

La Influencia de la Mujer

Según el diccionario, influencia significa: capacidad que tiene una persona para determinar o alterar la forma de pensar de otra u otras.

Todas nosotras sabemos cuánto influenciamos, pero la pregunta es: ¿Hemos influenciado para bien o para mal?

Jezabel influenció para mal, y Ester impidió que el pueblo de Israel dejase de existir…
Entonces usted dice, “¡Nunca tendría la intención de influenciar para mal!”

Detengámonos a analizar… ¿qué frutos han tenido mis influencias?
Influenciar no es imponer nuestra voluntad, o verla cumpliéndose, ¡¡¡es exhalar ejemplo!!!

¡Tenemos que ver nuestra influencia formando a otras en el amor y en el temor a Jesús!

Nuestros ejemplos hablan y hablan alto…todo lo que invertimos en nosotras mismas también habla…crecer como persona, crecer espiritualmente…crecer y entender que somos la propia obra de Dios, que todo lo que Él creó e hizo…fue para ganarnos a cada una de nosotras. Es ansiar exhalar todo lo que buscamos mejorar para nosotras mismas, ¡ y ver a otras practicándolo!

Todo nuestro crecimiento y nuestra inversión interna, ¡va a resultar en cómo influenciaremos!
El obedecer sin cuestionar, el obedecer sin sentimientos, transmite temor a los demás. Nuestras influencias comienzan dentro de casa.

¡Querer ser la bendición para después querer bendecir!
Usted, yo, ¿nos hemos cuidado por dentro, hemos invertido en crecer, para así influenciar a los demás?

Pregúntese: ¿He impuesto mi voluntad o he influenciado toda buena obra que Dios ha conseguido hacer en mí?

Sabiamente Dios nos concede este equilibrio, siendo dulce y femenina, dominando los sentimientos, pensando en las consecuencias, vamos a influenciar como Jesús lo hizo…
Lucelaine Araujo

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