jueves, 20 de marzo de 2014

¿Cuál es su valor?

Un joven se acercó a un maestro en busca de un poco de sosiego:
-Maestro, - le dijo al viejo- me siento inseguro, nada me resulta como yo quiero. Todos me dicen que soy un tonto y que no siervo para nada. Sólo me critican, sin valorar lo que hago.
¿Me podrías ayudar?
-Ahora no me es posible muchacho -respondió el anciano-. Tengo mis propios problemas. Más bien ayúdame tú a mí a vender este anillo.
 El muchacho recibió la sortija de mala gana pensando que una vez más sus necesidades pasarían a un segundo plano.
-Escucha,-dijo de nuevo el anciano- ve al mercado y ofrécelo, pero de ninguna manera lo vendas por menos de una moneda de oro.
El joven ofreció el anillo a muchas personas.
La mayoría lo desdeñaba con desprecio, unos pocos se reían y escasamente alguno llegaba a mostrar interés.
Alguien le propuso venderlo por dos monedas de plata y un candelabro de bronce, lo cual representaba menos de la mitad de lo que el maestro quería.
El muchacho llegó a la conclusión que el viejo estaba loco, y que esa gran suma que pedía únicamente podría ser un alto valor emocional.

Dejando de lado esos razonamientos, el joven persistió haciendo lo mejor para ayudar al anciano, no obstante la tarea parecía cada vez más difícil.

Desanimado, decidió regresar y contarle al viejo lo acontecido:

-Hice lo posible, pero aun los que parecían ser los más expertos no ofrecían una cantidad ni siquiera cercana a la que tú pides -contó el joven.

-Tal vez tienes razón, Quizás no conozco su verdadero valor -replicó el maestro-. ¿Por qué no lo llevas al joyero y se lo muestras? No lo vendas por ninguna cantidad, sólo cuéntame lo que opina.

Renegando por la terquedad del anciano, el joven llevó el anillo al joyero.

Después de observarla detenidamente un rato, éste le dijo:
-Ésta es una verdadera joya. Dile al maestro que le doy 58 monedas de oro, en realidad puede costar hasta setenta, pero, si tiene prisa, ésa es mi oferta.

Cuando el muchacho, entusiasmado, le contó al viejo, éste tranquilamente respondió:

-Tú eres como una joya valiosa: Si te sientes mal no es porque los demás no te valoren, sino porque tú mismo no te valoras lo suficiente.

martes, 11 de marzo de 2014

EL PROBLEMA

Muchas personas cargan durante toda su vida cosas, que hasta fueron importantes en el pasado y ahora solo son recuerdos y ocupan un lugar inútil en su mente y en su corazón.
Una historia cuenta que en cierta oportunidad, un profesor entró en su clase de psicología cargando entre otras cosas un jarrón muy valioso con un hermosa rosa dentro, y dijo a sus alumnos: En la vida se encontrarán con distintos problemas. Aquí hay un problema, ¿quién lo puede resolver?
Todos se quedaron asombrados con esa escena.¿que significaría? Un jarrón de mucho valor con una rosa dentro. ¿cual sería el enigma? ¿como resolver ese problema?
De pronto un alumno se levantó fue hasta el jarrón lo cogió y lo estrello contra el piso, hecho esto volvió a su lugar.
Entonces el profesor exclamó: ¡¡¡Al fin, alguien entendió!!! Ya estaba preocupado, pensando que nadie había sido formado en todo el tiempo de estar juntos. Y dijo: Yo ya había explicado para ustedes que no importa cuan bello, valioso, o fascinante sea el problema. Si es un problema hay que resolverlo, eliminarlo, terminarlo,
Puede ser una mujer sensacional, un hombre maravilloso, un gran amor que terminó, por mas lindo que sea o haya sido, ya no tiene mas sentido para su vida, y tiene que ser eliminado. Para que correr el riesgo de cargar con el por el resto de su vida.
Para que cargar con el peso de cosas del pasado, que por mas que hayan sido maravillosa, ocupan un lugar inútil en le mente y en el corazón. Ese tipo de cosas hay que eliminarlas, sin miedo, sin dudar, sin piedad, no sirve de nada tratar de acomodarlo o esconderlo si al fin y al cabo es un problema, entonces hay que eliminarlo.
No huya del problema, no esconda el problema, no disfrace el problema. ¡ELIMÍNELO!
"Y el que estaba sentado en el trono me dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas..." (Apocalipsis 21:5)
Vamos con todo en esa fe. Dios los bendiga