martes, 14 de enero de 2014

Peleas en la carpinteria

Se cuenta que cierta vez hubo en una carpintería una extraña asamblea.
 
Fue una reunión de herramientas para ajustar sus diferencias.
El martillo presidió la reunión;
Pero los participantes le notificaron que tenía que renunciar.
¿La causa? Hacía demasiado ruido y,
Además se pasaba todo el día dando golpes. El martillo acepto la causa,
Pero también pidió que fuese expulsado el tornillo, que según él,
Daba muchas vueltas para conseguir algo.
 
Ante aquel ataque el tornillo estuvo de acuerdo pero a la vez pidió le expulsión de la
lija.
Decía que ella era muy áspera en su trato con los demás, terminando siempre en roces.
La lija acepto la orden con la condición de que se expulsaron al metro
Ya que siempre media a los otros según su propia medida,
Como si fuese el único perfecto.
 
En ese momento entró el carpintero, junto al material y comenzó su trabajo.
Utilizó el martillo, el tornillo, la lija y el metro.
Finalmente la madera rustica se convirtió en un fino mueble.
 
Cuando la carpintería quedo nuevamente sola,
La asamblea reactivó la discusión. Esta vez, el serrucho tomó palabra:
 
"Señores, quedo demostrado que tenemos defectos,
Pero el carpintero trabajó con nuestras cualidades,
Con nuestros puntos valiosos.
Así que no pensemos en nuestros puntos débiles
Y concentrémonos en nuestros valores."
 
Todos entendieron que el martillo era fuerte, el tornillo unía,
La lija era especial para limpiar y afinar esperezas
Y el metro era preciso y exacto.
 
¿Y usted, ha mirado hacia sus cualidades o puntos débiles?  



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