viernes, 6 de diciembre de 2013

"Escogida para el Altar"

CAPÍTULO 4/ CUARTA PARTE
DESARROLLANDO HABILIDADES

Cualquier carrera debe ser planeada. En la medicina por ejemplo, quien quiera ser doctor deberá pasar algunos años de su vida preparándose. Aun así, después de alcanzar la profesión soñada, continuará estudiando, ya que debido a los avances de la medicina necesitará actualizarse, aprender las nuevas técnicas, para estar listo ante cualquier necesidad.
En la obra de Dios no podía ser diferente, todo aquel que anhela servirlo debe perfeccionarse e incluso adquirir habilidades que antes no poseía, a través de su esfuerzo y empeño.
La obra es realmente una escuela, no sólo en el aspecto espiritual, sino que también intelectual, pues por las adversidades que se presentan en el camino aprendemos a hacer cosas que jamás imaginamos.
Con el pasar del tiempo debemos desarrollar nuevas habilidades, esto no solo nos ayudará a nosotras mismas sino que también contribuirá con la obra de Dios.
Muchas de nosotras tuvimos que aprender a usar una computadora, arreglar nuestro cabello, nuestras uñas, decorar nuestra casa, aprender a manejar; todo esto no apenas para nuestro beneficio propio sino que también para la obra de Dios.
Siempre escuchamos jóvenes obreras diciendo:
- ¡Para servir a Dios estoy lista para todo!
- ¡Soy sierva! Iré a donde Dios me mande
- ¡Quiero ser usada por Dios, quiero que gaste mi vida!
- ¡Por el Señor soy capaz de cualquier cosa!
Estoy segura que ya debes haber dicho u oído estas frases. Para muchos estas son palabras vacías y para otros fueron verdaderas hasta cierto punto.
El deseo de servir a Dios es colocado dentro nuestro a través del Espíritu Santo y es Él quien nos capacita para hacer Su obra; esto representa Su 50%. Los otros 50% esperan por nosotras y para esto debemos perfeccionarnos y adquirir nuevas habilidades.
Muchas obreras daban su vida por la obra de Dios; buscaban a las personas con más experiencia para aprender algo más en la iglesia; otras fueron prácticamente las que auxiliaban al pastor, hacían reuniones, casa de oración y así iban venciendo sus miedos y traumas. Sin embargo, cuando alcanzaron el deseado puesto de esposa de pastor todo cambió.
Estas son sus nuevas frases:
- ¿Qué yo haga reunión? Soy tímida y me gustaría que respetasen mi manera de ser.
- ¿Cocinar para las visitas? ¡De ninguna manera! Soy pésima en la cocina.
- ¿Internet? No me gusta! No se usar la computadora, eso no es para mí.
- Hay cosas que prefiero pagar para que las hagan, pues con certeza las harán mejor que yo
Creo que es muy cómodo decir no sé, no puedo, no consigo. El espíritu de comodidad no es bueno, depender de otras personas tampoco.
La obra de Dios creció al igual que todos lo que es de Dios. ¿Por qué, entonces, antes teníamos muchas ganas de aprender, de superarnos y hoy no? ¿Por qué hoy no podemos aprender una nueva lengua en favor de las almas?
¿Por qué no nos esforzamos por ser una mejor cocinera y ofrecer lo mejor para un siervo de Dios que llega a nuestra casa? ¿O por qué no aprender a manejar para ser útil cuando necesiten de ti o para no depender que tu marido te lleve a todas partes?
¿Por qué no enfrentar a la computadora para facilitar las tareas en tu iglesia? ¿Por qué no aprender a arreglarte las uñas y el cabello? En el caso de que no tengas condiciones para pagar, tu misma sabrás hacerlo.
Debemos encontrar el momento en que comenzamos a poner tantos límites a la hora de servir a nuestro amado Dios. Él jamás podrá seguir contando con alguien que se paró en el tiempo, que está lleno de limitaciones dentro de sí, que no posee fuerza de voluntad para superarse por amor a Él.
No siempre deberás aprender algo que quieras o te agrade; pero si la necesidad lo exige, disponte para ser mas útil a tu Señor.
Dios no se alegra al ver a sus hijos paralizados, estancados, pensando que ya hicieron más que suficiente, que ya están sirviendo mucho, que aprendieron demasiado. ¡No! Servir es un fuego que quema constantemente en el pecho de aquellos que se predisponen, este fuego consume las voluntades propias, el querer personal, los miedos y la parte humana no tiene voz.
Existen habilidades que nacen dentro tuyo, y otras por las que deberás luchar para conquistar!
Algunos consejos para desarrollar habilidades:
- No tengas miedo de aprender, aunque parezca difícil, si te dedicas seguramente lo vas a conseguir
- Nunca pienses que no vale la pena, ¿para qué aprender a cocinar si puedo comprarlo listo; para qué manejar si puedo tomar un colectivo; para qué aprender computación, si le puedo pedir a alguien que lo haga? ¿Será que no tienes capacidad para hacer nada?
- No pongas obstáculos, no diga no soy buena para esto, no tengo tiempo, no hago nada bien. Sé positiva.
- No te acomodes, tal vez siempre delegas las cosas y por eso no tienes interés en adquirir nuevos conocimientos. Piensa que un día podrás estar sola, sin nadie que pueda ayudarte.
- No seas egoísta. Piensa en cómo vas a ayudar a tu esposo, a la iglesia y a las personas que te rodean con nuevas habilidades.
- Sé sensible, date cuenta las necesidades que te rodean. Podrás ayudar más a las personas si tienes más habilidades.
- No te desesperes, no quieras aprender todo al mismo tiempo, dedícate a una cosa a la vez.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13

DEJE SU COMENTARIO...SU OPINIÓN!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario